Conocidas en Asturias como llámparas o llámpares (Patella spp), son las lapas una especial variedad de moluscos marinos, del grupo de los gasterópodos, de una sola concha cónica en forma de sombrero chino que recubre su cuerpo totalmente y presenta simetría bilateral. Es sin duda su concha una de las más habituales de nuestra costa, aunque no todos los que nos visitan en Asturias saben que se trata de un molusco comestible, que vive adherido a las rocas del litoral. Su cuerpo está dotado de un pie musculoso de color anaranjado que es con el que se desplaza y se agarra. Como curiosidad, su lentísima velocidad comparada con la de las tortugas, convierte a éstas en un velocísimo animal. Aunque nos parezca que está quieto, se arrastra lentamente para conseguir comida, tratándose en este sentido de un animal hervíboro que se alimenta exclusivamente de algas. Cuando se desprenden de su lugar, su área de acción se distingue fácilmente por la huella que dejan, presentando la zona periférica algas en mayor desarrollo.
Son uno de los miembros más conocidos de la familia de los Patélidos y viven en aguas de mar bastante limpias, lo que les confiere un sabor único, un sabor a Asturias, un sabor a mar Cantábrico. En Asturias hay tres clases de llámparas/llámpares: la Patella Vulgata, de concha color gris verdoso en su interior; la Patella Intermedia, de tentáculos blancos o claros con radios marginales en la concha y la Patella Aspera, también llamada Blanca por presentar color blanco en el interior de la concha. Las mejores llámparas/llámpares son las que se encuentran en pedreros de difícil bajada, muy batidos por las olas y las mareas, siendo las más sabrosas las tempraneras y las de mofu, e inferiores en calidad, las de playa o rascaízu.
Para ir a llámparas hay que tener en cuenta las mareas, pues para extraerlas hay que mojarse, meterse en el agua, en muchos casos hasta la cintura. Así, el dicho popular colungués de que " el que quiera llámpares que se mueye el culo". O el que en plan de guasa se les decía a los paisanos que llevaban el pantalón algo más corto de lo normal o arremangado ¿Vas a llámpares? Cuando las vamos a coger, se agarran fuertemente a la roca ayudadas por la forma de su pie. Para despegarlas y extraerlas, debemos de forzar su pie-ventosa con un cuchillo, navaja, rasqueta o herramienta vástago de hierro y pica aplanada y, si el mango es de madera, mejor. Se meten en el cesto y se lavan bien con agua de la mar para quitarles la arena. Hay que procurar no herir su carne o romper la cáscara para no dañarlas. Ya en casa, las tapamos con un paño húmedo y así se pueden conservar varios días.
Las llámparas/les llámpares ya se comen en Asturias desde tiempos prehistóricos, según restos fósiles encontrados del período Asturiense, aunque últimamente y debido principalmente a la fuerte demanda, escasean bastante. Así, me viene a la memoria cuando de "guajes" andábamos a llámpares por el pedreru de Colunga y los visitantes, domingueros y veraneantes nos preguntaban que era aquello que cogíamos y si se comía o para que lo queríamos". No hacía falta dar amplia información y hoy, al ver los pedreros casi limpios de llámpares, bígaros, oricios, pulpos, etc., puedo dar fé de que aquella gente aprendió rápido y sin mucha explicación lo que es bueno.
1 diente de ajo
4 cucharadas de aceite de oliva
1 cebolla mediana
Medio pimiento rojo
Un poco de sal para que sude la cebolla
1 tomate natural mediano
Nuez moscada
Pimienta negra
Guindilla al gusto
Un buen chorro de vino blanco o sidra
Varios tacos de jamón y chorizo
Un poco de pimentón
Una cucharada de harina
Agua o caldo de pescado
Rehogar un poco
Se echan en una pota o sartén grande y una vez que el sofrito esté muy caliente, se les echa por encima y se revuelven bien y rápido, calentándolas poco, hasta que comiencen a soltarse de la cáscara, que es cuando ya están listas. Este último proceso es de muy poco tiempo, pues si seguimos calentándolas, cada vez se ponen más duras. ¡Ojo a este punto!
Y recetas hay muchas y formas de prepararlas muchas más, casi me atrevería a decir que en el concejo de Colunga en cada casa hay por lo menos una, porque cuando uno las prueba, ya procura ir a llámpares y se las prepara "a su manera". Y les llámpares también se pueden congelar y conservar y comer crudas, solas o con limón. En varios lugares de Galicia, las congelan unos días para ablandar y en Camariñas, en La Coruña, las preparan con arroz. Y en Canarias, es muy habitual comerlas a la plancha.
Para " ir a llámpares", hay que tener licencia. Está regulada la pesca marítima de recreo en Asturias por Decreto 25/2006, de 15 de marzo. No es cara y es para varios meses. Si estás de vacaciones en Asturias, te interesa tenerla, pues aparte de pescar, pasarás días inolvidables en nuestros pedreros junto a las magníficas playas que tenemos a cinco minutos de nuestras casas. Te dan la licencia en el acto y ya podrás ir al pedreru porque ya tás documentau. Y entre otras cosas ricas del pedreru, podrás coger llámpares. Y me viene a la memoria el caso de una mujer que se fue a vivir a Bilbao, siendo yo guaje. En vacaciones, cuando vino de veraneanta, lo de llámpares le sonaría a muy aldeano y soltó aquello de "voy al roquedo, junto a las olas, a coger lámparas". Oir sin opinar, ver y callar, manín.