miércoles, 6 de julio de 2011

LOS TEXOS DE CARRANDI

El Tejo o texu (Taxus Baccata), es un árbol poderoso y longevo, de hoja perenne y de crecimiento lento, pudiendo llegar a vivir todo un milenio, por lo que se le considera un árbol milenario. Dice un dicho inglés "la vida de mi tejo, la longitud de una era". Es el árbol de la vida. El de la muerte le viene de su semántica y del veneno de sus plantas.

El texu demanda hábitats exigentes, mediana altitud, suelos calcáreos y pluviometría alta. Estos factores se dan en la ladera norte de El Sueve y en el pueblo de Carrandi, pues influye decisivamente en el clima la cercanía de la costa y la altitud relativa de sus montañas. Así, las nubes procedentes del mar Cantábrico se condensan en su ladera, formando cerradas nieblas que se abaten de forma repentina y que resultan bien conocidas por los lugareños y montañeros. Es la conocida  borrina, que ha dado lugar a diversos dichos como éste:
                                       Malhaya sea la borrina
                                       que arrima al puertu Sueve,
                                       y no traigo capotillo
                                       pa taparte, si llueve.

O los refranes:
                                       Si el borrín se posa´n Sueve,
                                       ye seguro que llueve.

                                       Cuando el Sueve pon la capa,
                                       pon la tuya y escapa.

En El Sueve contamos con una de las masas forestales más antiguas del continente y la tejeda o texeda más
grande de Europa (viesca o biesca en el lenguaje del lugar), con abundantes tejos o texos puros, considerado por los expertos como un verdadero santuario natural, con más de 8.000 ejemplares que ocupan una superficie cercana a las 80 has. Existen viescas o biescas en El Sueve cuyos nombres hablan por sí sólos, tales como Cuetu la Texa, El Texedal, La Texona, La Texuca..., y otras importantes viescas o biescas de gran importancia como Ordiales (la mayor de El Sueve), Braña la Pulga, Buspiñoble, El Foyón, Viesca Redonda, La Mayuga, Xuan de la Gracia, Ortigosa y La Fabola, todas ellas con importantes concentraciones de texos.

De ser halo de protección y guardián del tiempo, a pasado a ser especie protegida. Se sigue plantando con respeto, pero ya no se cuida como antes.  En Carrandi le gusta crecer en soledad, vivir como individuo aislado y empapado en agua. En casi todos los barrios hay texos y se cuidan y se miman y, hasta se presume de tener un texu. Hay a nivel individual, más de una veintena plantados. Y se siguen plantando y protegiendo.

El tronco del texu no nos dice sus años. Es estriado, grueso, con corteza pardogrisácea y produce gran número de ramas extendidas y colgantes en su terminación. Su madera rojiza es de una dureza extraordinaria, de grano fino y apretado, muy apreciada por los carpinteros. En Carrandi siempre se hicieron
con madera de texu,  "cachavas" (bastones), que normalmente cada paisano del pueblo tenía una. Su follaje florece al final del invierno y principios de primavera, madurando sus semillas en otoño. Para llegar el texu a tener 15 metros de altura, le cuesta algo más de 500 años y alcanzar los 20 metros, que es como mucho la altura máxima que llega a alcanzar, unos 1000 años, de ahí lo de árbol milenario. Hay texos macho y texos hembra. Sólo éstas dan el fruto rojo que conocemos como arilo y contiene la semilla en su interior.

En cuanto a la creencia venenosa del texu, la carne roja de la baya es en contra de lo que muchos piensan, la única parte no venenosa del árbol. Las intoxicaciones, se producen normalmente al mordisquear hojas o ramillas. Con el veneno del texu se suicidaban los guerreros astures antes de ser derrotados y caer en la esclavitud. Así, en la batalla del Monte Medulio, en Las Médulas leonesas, los astures se dieron muerte con la espada, el fuego y el veneno de los texos.

El texu es por excelencia el árbol sagrado de la mitología asturiana, representando el vínculo del pueblo asturiano con la tierra, la religión antigua y con nuestros antepasados. El texu simboliza el paso al otro mundo. Goza de gran importancia el día de los Difuntos, donde en bastantes lugares se suele llevar a los difuntos una rama de texu para que les guíe en su retorno al País de las Sombras. Es el texu un árbol discreto. Pocos se pueden imaginar al verlo que tras este árbol de apariencia triste, se esconde uno de los árboles que más ha influído en la historia de Asturias. Los curuxos permanecen fieles al texu que tiempo atrás organizaba parte de sus valores y creencias, territorio y cultura, cobijando bajo su sombra reuniones y fiestas. Es, sin duda, el símbolo de la espiritualidad.


Con su follaje tupido y perenne "proteje del viento, proporciona sombra y un microclima de salud". De ahí, quizás el dicho extendido en Carrandi al plantar un texu, " pa que me dé sombra cuando yo sea vieyu", pues fue también durante siglos la alegría de los rapaces y rapazas (niños/as), que jugaron junto a los texos, bajo su sombra, con respeto al árbol querido y que hoy ya metidos en años, saben que van pa vieyos.

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