domingo, 30 de octubre de 2011

LA SIDRA CASERA

En estas fechas en Asturias, toca "mayar" y nosotros, como buenos asturianos, defensores y bebedores de sidra, mayamos. Mayar es hacer sidra y la palabra sidra es antigua, muy antigua, procede del latín sicera que a su vez proviene del griego sikera.
                                                                                 

Y la sidra, la que hacemos con la manzana de nuestras propias pomaradas de Carrandi, en nuestro  lagar/llagar, es sidra casera, auténtica, de consumo propio. Nuestra manzana es ecológica y la seleccionamos a mano, la mimamos y cuidamos y hacemos la sidra siguiendo el método tradicional casero, el que se transmite de padres a hijos, de generación en generación, el que nos enseñaron en casa. 
                                                                            
La manzana ecológica que empleamos para hacer sidra es más dura, ácida jugosa y más tardía de maduración que la de mesa. La amplia variedad de tipos de manzana que tenemos, bien mezclada, produce sidra de muy buena calidad. Y junto con la manzana, recogida con sumo cuidado, limpia y bien manipulada, el saber mezclar la manzana es importante. Las manzanas ácidas, ácidas dulces y dulces amargas deben de guardar una proporción que siempre seguimos a rajatabla.
                                                                      

Nuestro llagar de madera de cerezal es pequeño, familiar, para trabajarlo  cómodo. Tenemos molino eléctrico y dos personas son suficientes para mayar en un par de horas. Según se va mayando y vamos, echando la magalla o gurrullu (pulpa de manzana) al llagar, pronto sale la sidra dulce (mosto)que va cayendo al duernu, también llamado duerna (antiguamente era de madera y hoy, por comodidad e higiene suele ser un recipiente de plástico o metálico). Y esa primera sidra que sale, se conoce como sidra del duernu, esa que tanto gusta a niños y mayores y que en esta época del año, es una delicia beberla comiendo castañas.
                                                                     

El primer día, la dejamos salir sola. El segundo ya apretamos la llagarada y el tercero apretamos más, para posteriormente cortar (recortar con pala la magalla) y finalmente apretar de nuevo a tope. Según sale y llena el duernu, la vamos echando en las barricas hasta llenar. Al fermentar y expulsar las impurezas, nos obliga a llenar las barricas todos los días. Cuando deje de fermentar, tapamos la zapa (agujero) de la barrica y dejamos que siga su proceso. Y según la climatología, procederemos. Con frío, la sidra tarda más en hacerse y con calor el proceso se adelanta. Después de un tiempo, según calculemos, procederemos a espichar la barrica.y probamos la sidra. Y será el momento de embotellar y corchar, cuando la sidra nos guste, cuando la consideremos hecha, porque al ser casera y para nuestro propio consumo, seremos nosotros y nuestros amigos e invitados los que disfrutaremos bebiéndola. Nuestra manzana es ecológica y  la sidra también. Si fallamos, nos jugamos nuestro orgullo. Y eso no lo llevaríamos bien porque seguimos al pie de la letra el dicho de que "la sidra tien que facese con manzana asturiana" y en nuestro caso, la manzana es de Carrandi. El fallo entonces sería imperdonable. Esperamos como siempre poder invitar a los amigos. ¿Quiés un culín manín?. Estamos en La Curuxa del Sueve.




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